Si algo nos dejó claro el confinamiento fue que vivimos, queremos y echamos mucho de menos los pequeños comercios mientras estaban cerrados. Sobretodo los que son de producción local
Te hablo de esos comercios en los que se saben tu nombre, te guardan algo que saben que en cuanto cruces la puerta te llevarás, en los que te preguntan por toda tu familia y en los que se extrañan si no te ven en mucho tiempo. Sí, admitámoslo, todos conocemos por lo menos un comercio en el que cada vez que entramos nos sentimos como en casa.
Conforme las semanas iban pasando, la gente iba siendo más consciente que la economía española había que reflotarla de alguna forma y entre cajas de pedidos de Amazon surgió la idea de ayudar a todos los pequeños comercios que más habían sufrido el encierro de la ciudadanía en casa. Además, se le dio una gran importancia al producto hecho en nuestro país… Al fin y al cabo acabábamos de vivir una situación extrema en la que por obligación todo había parado, y ayudar a los que nos rodean pasó a ser una de nuestras prioridades.
Tal y como dice el portal Food Retail en un artículo post confinamiento “El consumidor español, dispuesto a pagar más por producto nacional” y eso se notó tanto en la tendencia a la hora de elegir destino de vacaciones, de fijarnos más en las etiquetas en el supermercado, o de elegir antes la papelería de debajo de casa a una gran multinacional.
Entre todo el caos, una influencer que consigue arrancar sonrisas con sus posts quiso compartir con todo “el chat de amigas” (como ella llama a sus seguidores) comercios, marcas e iniciativas nacionales para impulsarlas e intentar arrojar un poquito de luz. Ella es La Vecina Rubia, una de las figuras con más repercusión en estos últimos años en las RRSS. Desde una foto de Barbie con la icónica chaqueta amarilla (la cual se agotaba cada vez que una marca la sacaba a la venta) su incansable ayuda en difundir casos médicos, la lucha con la RAE para que todo el mundo corrija sus errores gramaticales y la alegría que transmite en cada storie, la han situado como un referente nacional.
Y con estos dos conceptos tan dispares que podría salir?
Una colaboración que ha incendiado las redes.
La Vecina Rubia, y su amiga Laura de Bimani (así se llama la creadora de esta marca textil española) decidieron plasmar sobre tela, prendas sencillas, únicas y con una calidad inigualable. Gracias a la producción en pequeños talleres del país y bajo demanda, asistimos a un modelo de negocio en el que no se desperdicia tela ni se gastan recursos innecesarios que puedan perjudicar al planeta.
Con esta estrategia de marketing y su unión solo podían suceder dos cosas que se cumplieron: prendas agotadas en apenas unos minutos desde su lanzamiento, y un creciente interés en esta marca española que la ha situado en el punto de mira por su alta calidad. Se gana en repercusión, a la par que das valor al producto más cercano.
Estamos en un momento que jamás imaginamos vivir, pero eso no nos impide poder echar una mano volviendo a los comercios que nos han visto crecer, apoyar a las marcas que emergen como respuesta a la necesidad de reinventarse y dar valor al producto que más nos toca de cerca.